miércoles, julio 29, 2015

El Juego de Ender, de Gavin Hood

Este texto también se podría llamar “Alegato en defensa de la Ciencia Ficción” y la película elegida poco importa en sí, con lo que podemos pasar de puntillas por el argumento de la misma. Sin embargo, conviene refrescar memorias e informar a los despistados: El Juego de Ender es la adaptación al cine estrenada en 2013 de una novela de ciencia ficción militar un tanto juvenil publicada en los ochenta por el escritor Orson Scott Card. Es un clásico de la CF ganador de los imprescindibles premios Hugo y Nebula.


Ender (el actor de El niño con el pijama de rayas, adaptación de un hype literario afortunadamente ya olvidado pero que todavía me duele) es un niño prodigio que habita en un mundo futuro en el que la humanidad viaja por el espacio y se bate a muerte contra una especie alienígena. Debido a sus capacidades extraordinarias, el niño es reclutado por el Coronel Hyrum Graff (Harrison Ford) y llevado a una academia militar para jóvenes cadetes situada en una estación espacial. La academia está planteada como una competición desde el día uno, una especie de reality no televisado en el que niños de distintas edades compiten entre ellos por equipos mientras aprenden las distintas disciplinas militares. Seguiremos el ascenso y caída de Ender, marcado desde el día uno como un posible elegido para dirigir al ejército de la humanidad el día de mañana y salvarnos del enemigo, aunque tiene una tendencia inquietante hacia la violencia extrema.

Bueno, ¿y cuál es el problema? ¿A qué viene la queja inicial? Pues a que Hollywood no entendió nada de la novela. Dejando al margen los tintes pro-belicistas y un tanto supremacistas que la novela pueda tener, y las opiniones más que discutibles de su autor en materias diversas (el bueno de Orson tiene para todos: guerra, religión, homosexualidad), el texto original es interesante en varios aspectos. Destacan para mi gusto una trama secundaria en la que se anuncia la llegada de Internet, las redes sociales y la influencia mediática de las mismas; la psicología de Ender, la conciencia que tiene de sí mismo, sus actos y su sentido de la responsabilidad; o el planteamiento de que la especialización de la educación (en este caso militar, pero podría aplicarse a cualquier otra disciplina profesional) se podría realizar a edades más tempranas para conseguir resultados notablemente mejores.

Pero sin embargo Hollywood optó por borrar todo eso y convertir la película en un simple producto de marketing. Videojuegos, franquicia, merchandising, disfraces de Halloween… La adaptación es un torpe ejercicio de simplificación de la historia y borrado de sub-historias. La película se plantea del mismo modo que Elysium (pero es otro ejemplo al azar, la lista desgraciadamente es larga): se abre la película presentándonos a los personajes y al mundo en el que viven; se nos plantea el problema de la historia (los extraterrestres nos quieren invadir, los ricos viven de lujo y los pobres no…), y luego se olvidan de todo eso para encadenar escenas de acción sin orden ni lógica. Hostias van, hostias vienen y final de la película. Atrás quedan historias como La Guerra de las Galaxias, que mezclaba desde el minuto uno escenas de acción con el desarrollo de la historia, aunque ésta fuera un tanto infantil. Y, desgraciadamente, mucho más atrás quedan aquellas películas de los setenta con unas escenas de acción que resultan torpes hoy en día, pero con un trasfondo de crítica política impensable hoy en día en una superproducción.

Por cada Moon que llega a las pantallas, nos tenemos que tragar una franquicia de cinco películas como Transformers. Las buenas adaptaciones, respetuosas con el original y al mismo tiempo innovadoras se hacen cada vez más raras mientras que el último remake de Desafió Total no ha sido investigado por la policía y nadie ha sido condenado por ello. Hoy resulta resulta difícil de imaginar críticas abiertas a nuestra sociedad como Soylent Green o Silent Running en primera línea de la cartelera, y películas ochenteras como They Live! sólo tienen cabida en el mundo underground. El top 25 de IMDB sobre el género se limita a adaptaciones de Marvel y a franquicias para quinceañeros ¿Creéis que la situación no es urgente? Echadle un vistazo a Paycheck con Ben Affleck… ¡Santo Dios! ¡Ben Affleck!

Señores de Hollywood, por favor se lo ruego, protejan a la Ciencia Ficción.

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